Casa del Parque de Arribes del Duero 'El Torreón de Sobradillo'

Casa del Parque de Arribes del Duero 'El Torreón de Sobradillo'

Planta primera: Área de atención al público

Nuestra visita a la Casa del Parque de Sobradillo nos llevará a través del peculiar mundo de este Espacio Natural, en un recorrido que parte del fondo de los cañones y asciende hasta la penillanura, visitando  cascadas y desfiladeros, frondosas laderas y, finalmente, dehesas y campos de cultivo. Así, en la planta baja, una maqueta identifica los ríos más importantes que recorren el Parque. Como vertebrador del espacio está el Duero, frontera natural con Portugal.

También hay dos pantallas que nos muestran imágenes, tanto de los miradores de Arribes como de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León.

 Seréis recibidos por monitoras que os ofrecerán información detallada sobre rutas, instalaciones y actividades.

Planta primera: En lo más profundo

El ambiente natural de los cañones es recreado en la primera planta. Ahí nos encontramos con una cachonera, que es como aquí se denomina a las cascadas. Estos cañones fluviales favorecen el asentamiento de una fauna singular, especialmente rica en aves rupícolas, como cigüeña negra, roquero solitario, alimoche, águila perdicera y real, buitre leonado, entre otros. Ligados al medio acuático, martín pescador, nutria o galápago leproso.

Una cueva de  murciélagos recrea el ecosistema propio de estos mamíferos voladores tan abundantes en las grutas y túneles de Arribes.

Entreplanta: Un poco de histora

Ascendiendo por el Torreón llegamos a la entreplanta. Allí se conserva una chimenea de esta histórica edificación. Esta torre defensiva del S. XV, se integraba en la red de fortificaciones y castillos que se construyeron para asegurar la frontera frente a las incursiones portuguesas. A ella pertenece también el castillo de San Felices de los Gallegos.

Planta segunda: Subiendo por los arrbes

Desde el fondo del cañón, la vista de los cortados y el fluir del agua constituyen la esencia del paisaje. Las laderas están cubiertas de una exuberante y variada vegetación mediterránea de la que sobresalen "pallones" y roquedos, donde dormitan buitres y águilas.

En otros tramos menos abruptos el hombre ha salvado la verticalidad del arribe creando un peculiar paisaje de terrazas o bancales en las que ha cultivado olivos, almendros, naranjos y vides.

Acompañando cada parcela, se conservan construcciones tradicionales en granito y pizarra: chozos, chiviteros, paredes y puentes, que todavía hoy, se conservan y tienen su utilidad.

Planta tercera: La penillanura

Desde los cortados subimos a un terreno suave y horizontal, donde sobresalen como puntos más altos los Sierros. Las tierras altas acogen un paisaje que alterna dehesas con zonas de matorral y campos de cereal. Es un espacio domesticado por el hombre donde podemos ver charcas, fuentes, molinos, pasos de agua, vallas de piedra…. Todo ello ha favorecido la gran diversidad animal y vegetal de Arribes.

El mural que vemos en esta planta representa una imagen típica de la dehesa charra.
 

Almenas: El mirador de las almenas

Desde la última planta unas escaleras nos llevan al exterior, a las almenas del Torreón. Contemplamos el pueblo de Sobradillo, con sus campos de cereal, almendros y olivos centenarios. Más distanciados, destacan los restos del convento de Santa Marina La Seca.

A lo lejos se intuye el río Duero y en el horizonte los vecinos pueblos portugueses.
 

El aljibe: Sala de proyecciones

La visita termina en el antiguo aljibe o pozo del castillo. A él se accede desde el exterior y ha sido habilitado como sala de proyecciones y exposiciones del Parque Natural.