Parque natural Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto

Parque natural Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto

En el Pleistoceno Superior, hace 100.000 años, un impresionante glacial con lenguas de hielo de más de 20 kilómetros sirvió de origen al actual Lago de Sanabria. Hoy, sus 318 hectáreas de superficie y una proflindidad que alcanza hasta 51 metros, le convierten en el mayor la la Península Ibérica.

Los bosques más abundantes en el entorno del Lago de Sanabria son los formados por el roble melojo o rebollo. También se localizan unas interesantes manchas de acebo y tejo, mientras que los abedules y alisos son abundantes en las riberas de los caudalosos ríos que decienden de las cimas o comunican entre sí las distintas lagunas localizadas en el interior del Parque Natural. Al ganar altura, el bosque es sustituido por un matorral de escabonales, cambronales y brezales. En Sanabria se localizan también los famosos endemismos: la carqueixa sanabresa y la Geranium bohenicum. Dentro de la fauna se pueden mencionar el águila real, el lobo, el corzo, la lagartija de Bocage y la víbora de Seoane.

Además de su alto valor medioambiental el Parque Natural Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto ofrece valiosos recursos históricos, artísticos y culturales. Junto al interesante monasterio románico de Santa María, en San Martín de Castañeda -sede del Centro de Interpretación del Parque Natural-, destacan el conjunto urbano y monumental de Puebla de Sanabria y las numerosas muestras de arquitectura popular distribuidas en los pueblos de la zona.

El Cañon del Tera

Muy cerca de la orilla del Lago de Sanabria, en Ribadelago Viejo, se inicia el recorrido que se interna a través del estrecho y espectacular cañón del Tera. A la salida del citado pueblo y siempre paralelo al río se encuentra la cerrada garganta. Tras dejar a la derecha el camino de San Martín de Castañeda y vadear el Tera por un improvisado paso, el sendero discurre por una zona de grandes piedras acarreadas por la corriente.

Al llegar a las primeras cascadas es necesario cruzar de nuevo el río y comenzar a ganar altura para salvar las primeras dificultades topográficas. Las huellas dejadas por las distintas glaciaciones cuaternarias en las rocas cámbricas de la zona caracterizan el relieve. Profundos barrancos, circos glaciares, alturas aborregadas, ibones, morrenas y bloques erráticos son algunas de las Muestras de la erosión producida por el hielo. En el privilegiado entorno del parque natural del Lago de Sanabria se pueden localizar hasta 40 lagunas de origen glaciar.

Una vereda cada vez más desdibujada alcanza, tras descender por unas escaleras naturales, la llamada Poza de Las Ninfas. Cascadas y pequeños lagos se alternan formando un rosario de gran belleza. En el ensanchamiento de la garganta se forma el valle de la Cueva de San Martín. Al caminante le quedan dos alternativas para regresar, la primera es volver por el mismo camino; la segunda y más trabajosa es continuar -siguiendo el arroyo de Covadosos- hasta San Martín de Castañeda y enlazar, por la llamada y bien balizada senda de San Martín, con Ribadelago Viejo.

Vegetación

Presenta Sanabria una gran riqueza florística, son más de 1.500 especies vegetales las que aquí conviven. Esta notable diversidad botánica es consecuencia de su situación geográfica. Efectivamente las Sierras Segundera y Cabrera constituyen el límite entre el clima atlántico y el mediterráneo. Debido a ello, las diferentes orientaciones de sus laderas, sus valles y sus cimas van a determinar la influencia predominante de uno de estos dos ambientes. El predominio atlántico en las laderas orientadas al Norte y al Oeste, mientras que en las de exposición Sur y Este tienen características mediterráneas. A ello hay que unir unas condiciones extremas en las cumbres más altas lo que ha motivado la existencia de especies únicas adaptadas a estas características. En algunos casos se trata de auténticas reliquias vivas del Cuaternario que han sobrevivido y evolucionado aisladas en estas cumbres desde hace más de 10.000 años como el Ranunculus parnassifolius ssp. cabrerensis o la Armeria bigerrensis.

La especie más extendida en Sanabria es el roble, Quercus pyrenaica, adaptada a los fríos del invierno y al prolongado estiaje, abunda en la cuenca del Tera y en barrancos y laderas de la Sierra Segundera. Recibe aquí el nombre de "carballo" y ha sido desde antiguo parte importante en la economía doméstica sanabresa al proveer a sus habitantes de estructuras para las casas y de leña para sus hogares. Junto a él las formaciones de matorral dominan gran parte del monte, destacando las leguminosas del género genista, el brezo, el piorno serrano..., especialmente abundante en zonas degradadas por los incendios o por el sobrepastoreo.

El castaño es también una especie representativa del Parque, aunque aparece muy diseminada. En la parte alta y media del Tera se da el acebo. Los tejos se hallan asimismo en barrancos y laderas, mezclados con robles, algunos son ejemplares centenarios. En las márgenes del Tera y en las orillas de ríos y arroyos se encuentran alisos, fresnos, sauces. Por todo el Parque se puede ver el serbal, el cerezo de monte, el avellano, abedul, etc.

La abundancia de arroyos, manantiales, lagunas, turberas, permiten la existencia de una flora acuática característica de aguas limpias, ácidas y escasamente mineralizadas como las de Sanabria. Destacan, por su rareza a latitudes tan bajas, las turberas: formaciones constituidas por masas compactas de diferentes especies del musgo Sphagnum, algunas de distribución muy limitada e incluso única en la Península, y que pueden alcanzar varios metros de espesor.

Fauna

Debido a la situación geográfica de la comarca sanabresa, la fauna del Parque presenta una variedad bastante grande. Existen dentro del Espacio Protegido más de 190 especies de vertebrados. De ellas, 7 especies de peces encuentran su hábitat en el lago, las lagunas, ríos y arroyos. Mención especial merece la trucha (Salmo trutta) por las considerables dimensiones que puede alcanzar en el lago y por su exquisito sabor; junto a ella la bermejuela, cacho, barbo, ... Sobrevuelan este Parque Natural 142 especies de aves, de ellas 17 son rapaces diurnas como el águila real (Aquila chrysaetos), el halcón abejero (Pernis apivorus), halcón peregrino, ratonero común, cernícalo vulgar, búho real, junto a un sin número de pájaros, alguno de los cuales encuentran en esta zona su área de distribución más meridional, el alcaudón dorsirrojo, el escribano cerillo, el pechiazul. la perdiz pardilla, denominada localmente "charrela" se encuentran en los pastos de altura. Entre los bosques de roble, pueden verse el camachuelo común, el petirrojo, el arrendajo, la abubilla, ... Los reptiles cuentan en Sanabria con más de 10 especies, entre ellas dos víboras: víbora norteña y víbora hocicuda, varias culebras: de collar, viperina, lisa meridional, lisa norteña, etc. Toda la zona resulta muy adecuada para la existencia y desarrollo de anfibios, dado el elevado número de zonas húmedas, se han contabilizado aquí 10 especies de anfibios entre ranas (rana listada, rana patilarga, ranita de San Antonio), tritones (tritón jaspeado, tritón palmeado) y salamandras (salamandra rabilarga y salamandra común). Por lo que respecta a los mamíferos, son 41 las especies presentes en esta comarca sanabresa, el escurridizo desmán de los Pirineos, varios mustélidos como la nutria, la marta, el armiño, la garduña, el tejón, son olvidar otros mamíferos de mayor talla: el corzo, el jabalí, el gato montés y, por supuesto, el emblemático Lobo, protagonista antaño de cuentos y leyendas y hoy cada vez más difícil de ver.

Geomorfología

Durante las fases más frías del Cuaternario se establecen en Sanabria condiciones glaciares que afectaron notablemente al modelado de las montañas originadas en la Orogenia Herciniana y rejuvenecidas en el Terciario.

Las extensas acumulaciones de morrenas glaciares en toda la comarca indican que el fenómeno glaciar tuvo aquí una importancia y extensión notables. El límite de las nieves perpetuas se ha establecido en torno a los 1.600 m de altitud, lo que permitió que durante la glaciación del Würm en la altiplanicie de la sierra se establecieran grandes acumulaciones de hielo y nieve, originando un glaciar de meseta o casquete, del cual divergían largas y potentes lenguas de hielo encajadas en los anteriores valles fluviales.

Las modificaciones establecidas por la glaciación Würmiense van a variar, según se trate del altiplano de la Sierra, donde el hielo sobreexcavó las zonas de roca más débil, creando pequeñas cubetas en las que, al retirarse el hielo, se formaron lagunas, como Clara, el Cuadro, Mancas, el Payón. Otras se han creado por represamiento: Lagunas de Sotillo, la Yegua, Camposagrado, Patos, ... También existen circos amplios donde se han establecido lagunas, como la de Lacillo. La sedimentación glaciar en esta meseta originó acumulaciones del tipo drumlin.

Los valles remodelados por el glaciar tienen la característica forma en "U", valles anchos y profundos cañones tallados en la dura roca plutónica. La principal lengua glaciar descendía desde el circo de Trevinca y la Survia, se encajaba por el valle del Tera, incrementando su espesor conforme se le iba agregando el hielo procedente de los pequeños circos y valles laterales. Al llegar al actual Ribadelago, esta lengua glaciar tenía casi 15 km de largo y un espesor de más de 300 m. Aquí, el glaciar del Tera recibía el aporte de las lenguas del Cárdena y del Segundera, incrementando aún más su potencia erosiva y excavando la cubeta que hoy alberga al Lago de Sanabria.

A la acción erosiva de los glaciares se une una importante labor de transporte de los materiales que recogen a lo largo de su cuenca receptora y que son englobados en la masa de hielo o transportados sobre su superficie. El principal sistema de morrenas que alberga el Parque se encuentra en lo que era el último tramo del glaciar principal; aguas abajo del Lago, la lengua glaciar se deshacía y se desplomaba, depositando allí durante milenios y en sucesivos arcos morrénicos concéntricos, ingentes cantidades de sedimentos de los más diversos tamaños: desde tierra y polvo hasta grandes bloques de granito. La mayoría de estas morrenas están datadas como Würmienses, aunque algunos restos pueden ser anteriores, del Riss.

Hace 10.000 años la glaciación terminó y la lengua glaciar se retiró dejando al descubierto amplios y profundos cañones, valles colgados, rocas aborregadas, estrias glaciares, morrenas y el elemento más característico del Parque Natural: el Lago de Sanabria, el mayor lago de la Península y el único de origen glaciar en nuestro país, junto a más de 20 lagunas diseminadas por la Sierra.

Paisaje

El Parque comprende el mayor lago de la Península Ibérica y el único de origen glaciar, con 318,7 Ha y una profundidad máxima de 51 m, junto con numerosas lagunas y cañones demostrativos de la acción glaciar cuaternaria que unido a una exuberante vegetación de gran variedad en todos sus estratos y a innumerables cascadas, regatos, ... hace que esta zona posea increíbles valores estéticos y paisajísticos.

Valores que justifican su declaración

Fue creado en el año 1978 con el principal objetivo de preservar la morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la riqueza de su flora y de su fauna y la pureza de las aguas del único lago glaciar de la Península Ibérica y de las más de 20 lagunas que componen, después del Pirineo, el conjunto lagunar más importante de la Península. Todo este entramado geomorfológico es un libro vivo donde se puede estudiar un fenómeno que, como el del glaciarismo, nos queda muy lejos en el tiempo y en la distancia.