Parque natural Hoces de Alto Ebro y Rudrón

Parque natural Hoces de Alto Ebro y Rudrón

Vegetación

Se ubican las Hoces en la zona de transición entre las regiones biogeográficas atlántica y mediterránea. La vegetación potencial del Espacio Natural se identifica con cuatro series de vegetación diferentes, de las cuales tres pertenecen a la región mediterránea, de forma mayoritaria aparece la serie basófila del quejigo, junto a la que se sitúa la serie basófila de la encina y los melojares en las zonas más altas. Junto a estas series de ámbito mediterráneo se encuentran pequeñas manchas de la serie basófila del haya del ámbito atlántico.

La riqueza florística del Espacio aumenta al considerar el efecto ecotono asociado a las zonas de transición entre regiones biogeográficas, a lo que se une el encajonamiento de los ríos Ebro y Rudrón que genera un microclima en estos barrancos, situados a mucha menos altura que los páramos circundantes, generando unas condiciones para que se mantengan comunidades vegetales de ambientes mediterráneos en zonas que por su latitud pertenecen al mundo atlántico. Así, la vegetación actual del Espacio Natural se caracteriza por la gran diversidad específica, conviviendo especies mediterráneas, como quejigo, encina, rebollos, arces,…con especies atlánticas como el haya y con excelentes bosques de ribera, formadas por sauces, chopos y alisos.

Fauna

La existencia de cortados de grandes dimensiones determina la presencia de rapaces rupícolas de gran interés faunístico. Entre ellas destacan el águila real, buitre leonado, águila perdicera, búho real, alimoche, halcón peregrino. En el fondo de los cañones, los bosques de ribera sirven de refugio y de zona de alimentación para un gran número de especies animales. Se han catalogado ocho especies de anfibios, once especies de reptiles, 117 aves y 21 mamíferos donde destacan la nutria, el desmán de los Pirineos y el tejón.

Geomorfología

La génesis de las formas más sorprendentes y de los paisajes quizá más singulares se debe casi siempre a la red fluvial, a partir de la disección del relieve y del encajamiento de los ríos y arroyos, en cuya labor ha participado la erosión kárstica. Este Espacio Natural se caracteriza por el modelado kárstico realizado por la acción erosiva de los ríos Ebro y Rudrón sobre el páramo calizo de la Lora, en la zona de transición entre la Meseta del Duero y la Cordillera Cantábrica. La acción de las aguas sobre los materiales del Cretácio Superior han creado una impresionante sucesión de cañones, gargantas y desfiladeros que casi llegan a alcanzar los 200 m. de profundidad. La resurgencia del río Rudrón en Barrio - Panizares después de su desaparición en el sumidero de Basconcillos del Tozo, la Fuente de Orbaneja, poderoso manantial que surge de una de las cuevas cársticas del cañón del Ebro y que salva el gran desnivel hasta el río en cascadas. Al pie de la fuente se asienta Orbaneja del Castillo, excelente mirador para contemplar el cañón del Ebro y para entender en toda su complejidad los procesos de encajamiento de la red fluvial.

Paisaje

El principal atractivo lo constituye la topografía escarpada de los cañones y los cortados calizos atravesados por los ríos Ebro y Rudrón. Destacan algunos bellos y valiosos enclaves naturales, como la surgencia kárstica del Pozo Azul, la resurgencia del Rudrón en Barrio-Panizares y la Fuente de Orbaneja, poderoso manantial que cae en cascada hasta el río Ebro. Todo ello confiere a este Espacio una singular y espectacular belleza, a lo que se unen unos pueblos muy singulares.

Valores que justifican su declaración

La gran belleza del paisaje, la diversidad y el excelente estado de conservación de las masas arbóreas y la riqueza de las especies animales asociadas a medios fluviales con notables paredes verticales realzan el interés por la conservación del área.